Vamos hacia Rijeka unos 6km bajando hacia el mar donde se ven las islas entre la bruma, no llueve pero esta nublado y fresco. Cambiamos 100 euros sin comision por 729 kunas. La ciudad tiene cierta influencia italiana, muy semejante a Trieste. Los horarios son muy amplios desde las 7:00 a las 20:00 de todo los bancos, correos, tiendas etc. Los helados artesanos aun se ven en los cafes y la pasta es tan variada como en Italia.
Ya sabemos decir hola, Bok! y gracias, Hvala! dos palabras fundamentales que junto con una sonrisa hace que la gente se relaje y tambien sonria.
Ya no vemos ciclistas en ninguna parte.
Los precios son como en Espania. Comimos dos pizzas pequenias y con un pan multicereales hicimos bocatas. Vamos buscando el puente que nos permita cruzar a la ista de Krk por el que no pagamos peaje por ser ciclistas.
Nos desviamos hacia un bosque temprano sobre las 18:00 porque aun tenemos la tienda mojada, pero vuelve a llover, asi que no seca. Cenamos otra vez resguardados en la tienda spaguetis con champiniones y bacon al pesto. Escribir y a dormir.
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