Estamos a punto de dejar Transilvania y los unicos vampiros que nos han atacado son los mosquitos, que como siempre nos deboran.
Paramos a las 11.00 a comer en Oradea y a cambiar dinero. Pasar la frontera hacia Hungria, es solo mostrar el pasaporte, nos dan la enhorabuena porque Alberto Contador, ha vuelto a ganar el Tour de France, Bravo!. Se terminaron los montes, la carretera es recta y llana, una interminable lengua de asfalto entre los campos de maiz.
Solo existe una carretera para ir a Budapest por lo que pedaleamos por ella a pesar de que a cada km aparece una senial de trafico que no nos lo permite. Cuando vemos unos policias, confirmamos que debemos seguir por ella pese a las insistentes seniales verticales que aparecen continuamente.
Buscamos un lugar donde acampar entre los campos de maiz, plantamos la tienda junto a un carromato donde un joven, encargado del regadio de los campos, pasara la noche tambien. Nos da agua frescoa con hielo dentro aun, que se agracede enormemente con el calor que pasamos, y pastelitos de queso.
Paramos a las 11.00 a comer en Oradea y a cambiar dinero. Pasar la frontera hacia Hungria, es solo mostrar el pasaporte, nos dan la enhorabuena porque Alberto Contador, ha vuelto a ganar el Tour de France, Bravo!. Se terminaron los montes, la carretera es recta y llana, una interminable lengua de asfalto entre los campos de maiz.
Solo existe una carretera para ir a Budapest por lo que pedaleamos por ella a pesar de que a cada km aparece una senial de trafico que no nos lo permite. Cuando vemos unos policias, confirmamos que debemos seguir por ella pese a las insistentes seniales verticales que aparecen continuamente. 
Buscamos un lugar donde acampar entre los campos de maiz, plantamos la tienda junto a un carromato donde un joven, encargado del regadio de los campos, pasara la noche tambien. Nos da agua frescoa con hielo dentro aun, que se agracede enormemente con el calor que pasamos, y pastelitos de queso.
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