Paramos en Taşova nos invitan a un cafe en vez de un çay en una gasolinera y luego vamos a comer bajo una sombrilla, dos abuelitas se sientan junto a nosotros mientras esperan su bus. Afilan los cuchillos de los carniceros con una muela de agua cuyo motor es a pie. Con calor mas llevadero que estos dias, el paisaje sigue cambiando, abundan los nogales y cerezos, repletos de frutos maduros, que las familias al completo se ocupan de recoger. Y generalmente los abuelos se encargan de venderlos en los puestos de la carretera.
En uno de estos puestos que tenia una bascula electronica hemos pesado las bicis, la mia pesa 3kg menos que yo.
Buscamos campamento temprano porque ha empezado un fuerte viento que amenaza lluvia aunque sigue haciendo calor.
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