

Ilusión porque por fin se iniciaba un viaje que llevábamos mucho mucho tiempo preparando y para el que todos habiamos sacrificado cosas muy importantes. Lo malo es que como descubrimos a lo largo del viaje, para Emilio y Machús nuestros sacrificios y esfuerzos no han sido suficientes o no han estado a la altura de sus espectativas.Yo que aprendí a andar en bicicleta a los 18 años gracias a la paciencia de un buen amigo, creía que lo mas duro iba a ser superar mis miedos y frustraciones respecto a mi inesperiencia en ese tema, todos creian en mi menos yo, pedalear sin quejarme demasiado y sin ser una tortuga demasiado pesada de llevar como compañera de camino, era mi gran reto. Hicimos una jornada de 84 km el primer día hasta Bezanes un poco más alla de Campo de Caso en Asturias donde dormimos en el pajar de Salvador y Genoveba que con su buen corazón evitaron que durmieramos en el portal de la iglesia.
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