Las ganas de pedalear crece sobre todo cuando las condiciones son tan propicias, apenas hay viento, hace sol pero no abrasa, hay un buen arcen y encima todo es llano.

Buscamos donde plantar la tienda, pero a partir de Castelfranco de Verona, no es nada facil porque por todas partes hay casas y no hay bosques. Al final preguntamos donde podemos dormir tranquilos sin molestar y nos indican el campo de un vecino, cuya casa esta toda adornada con grandes rosetones de la lazo azul, que por lo visto en esta zona indica que les ha nacido un "bambino". Otro vecino viene a vernos y nos confirma que no hay problema porque nos quedemos una noche alli, hablamos con su mujer y sus dos nenas de 1 y 5 anios Franchesca y Roberta, alegres y habladoras que despues de desearnos buenas noches y feliz viaje siguen su paseo. Empezamos con el ritual de siempre, primero cambiarnos de ropa, montar la tienda entre los dos, y mientras el chef prepara para hoy risoto con champiniones y atun, yo preparo las esterillas y los sacos para dormir. De postre tomamos fresas que en todas partes estan muy bien de precio y son muy sabrosas, dejamos todo listo para fregar por la maniana, escribo el resumen del dia en mi diario bajo la luz de la linterna cuya manivela hay que darle de vez en cuando para que se cargue, mientras Eric ya se ha dormido y finalmente yo tambien me voy a descansar.
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