Lo importante no es llegar, sino ir.

Escoger un camino significa abandonar otros. Si pretendes recorrer todos los caminos posibles acabarás no recorriendo ninguno.

Nuestra ruta en bicicleta


Ver Nuestra ruta en un mapa más grande

viernes, 10 de abril de 2009

Taggia - Varigotti 86km

Hemos ido parando por varias tiendas de bici a ver si compramos ruedas para mi "copertones" y la llave para quitar el casete de los pinioes. En el coqueto pueblo de Imperia, unos ciclistas nos dijeron que les siguieramos, unos jubilados muy simpaticos, nos indicaron el camino hacia Genova por vias ciclistas poco transitadas, incluso Giani nos llevo a una tienda que el conoce que resulto no tener lo que necesitabamos. Despues de comer al sol junto a la playa, seguimos por el sube y baja de la carretera de la costa azul italiana, que atraviesa pueblecitos, cada vez mas lindos y limpios. Para merendar paramos en Albenga donde compramos un mapa de Italia , pues el de Francia que tan amablemente nos dio Tobias, ya no nos indicaba mas. La catedral y las torres de grandes dimensiones, contrastan con sus callejuelas estrechas con arcos que unen o sujetan los edificios de un lado a otro de las calles.
Las ventanas tienen contraventanas verdes con apertura veneciana hacia el exterior y muchas fachadas simulan con pintura, decorados barrocos que si no te fijas mucho parecen tallas y relieves que resultan incluso mas bonitas que cuando son reales. Hemos probado varias porciones de pizza de una masa crujiente con suave sabor a aceite de oliva. Siguiendo las recomendaciones de unas nenas de unos 6 anios hemos probado una pizza que nunca antes habiamos comido, que consiste en esta deliciosa masa rellena de nutella, buenisima!
Seguimos direccion Savona siempre cruzandonos con un monton de ciclistas, y muchas mujeres, ahora entiendo porque en Francia todo el mundo pensaba que eramos italianos. Si en Francia creo recordar solo nos cruzamos con una mujer, aqui en solo 2 dias ya hemos topado con 5. Me llama la atencion que habiendo tanta tanta aficion este deporte, no tengan carriles bici, ni arcenes, hay que ir sobre la linea blanca, pero bueno, ya habiendo superado los 2.000km cada vez me siento mas segura con el trafico y ya casi no me da miedo que los coches o camiones pasen cerca de mi. Se anuncia un desvio del trafico justo antes de un tunel del que hacemos caso omiso obviando que solo afecta a grandes vehiculos, suponemos por obras, porque nosotros cabemos por casi cualquier sitio. Es una gozada circular sin trafico solo cruzandote de vez en cuando con motos y bicis, pero empezamos a mosquearnos un poco y es en el pueblo de Varigotti donde preguntamos si podemos seguir por esa carretera a Savona y nos dicen que no, que tenemos que dar la vuelta unos cuantos km porque la carretera no esta cortada por unas simples obras como nosostros pensabamos, sino que justo entre este y el siguiente pueblo se ha derrumbado la montania y desde enero es imposible pasar ni en bici. Por lo que decidimos quedarnos aqui, que con el silencio y la tranquilidad que se respira al no haber trafico es estupendo. Compramos verduras frescas y pollo para cenar con cous-cous en la tienda del pueblo, y vemos en lo alto que hay una iglesia que invita a dormir. Preguntamos a uno del lugar como podemos llegar alli y no solo nos indica como hacerlo sino que nos acompania, a la que resulta ser la iglesia de San Lorenzo, una pequenia hermita medieval con unas vistas sobre el mediterraneo fantasticas. La subida es empedrada muy empinada asi que Eric sube la suya y la mia la dejamos abajo en el patio de una casa amiga de nuestro guia, un abuelito de 76 anios que tambien ha practicado ciclismo en sus anios mozos. Le decimos que queremos dormir arriba y dice que no hay problema que es muy tranquilo. Cuando bajamos a por mi bici, la agradable seniora de la casa nos dice que otros 4 ciclistas alemanes durmieron ayer alli, que vamos a estar muy bien, nos desea buen viaje y los dos nos despiden con amplias sonrisas. Nos comentaba el abuelito, cuando tomaba aire para seguir subiendo, entre muchas cosas que el precio de las casas alli junto al mar era de 30.000€/m asi que hoy nos sentimos millonarios, con nuestros 2 m cuadrados de tienda de acampar, cocinando una deliciosa cena, con unas vistas unicas, de una costa tranquila y silenciosa, donde lo unico que suena son las calidas olas y alguna que otra gaviota. Ademas la luz de la luna llena nos alumbra, y para culminar con los lujos que nos brinda el destino, podemos incluso disfrutar de la cena sentados en dos sillas plegables de playa comodisimas, que seguramente algun abuelito del pueblo deja alli expresamente para no tener que cargar con ellas cuando quiere disfrutar del sol y la tranquilidad del lugar. Desde Figueres, que no nos sentabamos ni para cenar ni desayunar sobre algo que no fueran nuestros sacos turcos sobre el suelo, donde un amable matrimonio holandes nos habian dejado sus sillas, recordando cuando ellos de jovenes tambien viajaron en bicicleta y decian que eran unas buenas sillas lo que mas hechaban de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario